Este ha sido el éxito en la política migratoria de este gran país. Entendamos porqué:

Mientras en Europa florecen las tensiones con inmigrantes llegados en los últimos años de África, Oriente Medio o Latinoamérica, el sistema de integración de Canadá es considerado como un modelo a seguir cuyo éxito reside en “buscar ciudadanos y no trabajadores temporales”.

El agente Terry Russel, de la icónica Policía Montada canadiense, entra en la sala en la que están reunidos medio centenar de inmigrantes que en unos minutos se convertirán en ciudadanos canadienses. Divididos en mesas, todos están enfrascados en animadas conversaciones charlando sobre cómo llegaron a Canadá o lo que significa para ellos y sus familias el que mañana podrán presumir de ser ciudadanos canadienses, en algunos casos tras haber vivido durante décadas en el país norteamericano.

Pensamos que es importante reunirnos con los nuevos ciudadanos para darles la bienvenida y decirles que les necesitamosCon su chillón uniforme rojo, su característico sombrero de ala plana y las brillantes botas negras de montar a caballo, todo el mundo se percata rápidamente de la presencia del agente. Russel es parte de la ceremonia especial organizada por el Instituto para la Ciudadanía Canadiense (ICC) en un flamante edificio situado en el distrito hospitalario de Toronto y en la que unos 50 inmigrantes recibirán su certificado de ciudadanía.

Pero antes de que la ceremonia se inicie oficialmente, Russel se ha querido dirigir a los que en unos minutos serán sus compatriotas. “Sólo quería felicitarles en este día especial. Es un placer estar hoy con ustedes” dice Russel.

Y a continuación explica cómo su familia emigró de Polonia y cómo en la década de los años 1950, Canadá les “invitó” a cambiar su apellido para hacerlo “más nacionalista”. “Así que las zetas y las kas se eliminaron y de repente mi apellido se convirtió en Russel. Pero hemos evolucionado desde entonces. Por favor, hagan un esfuerzo por mantener toda su cultura por el bien de su familia. Su lengua, sus apellidos. Muchas gracias y les veo en un rato” dice Russel.

Tercer mejor país para inmigrantes

Las palabras de Russel son quizás una de las expresiones más palpables de lo que señalan las estadísticas. Recientemente, Canadá fue calificado como el tercer mejor país del mundo en integración de inmigrantes, sólo por detrás de Suecia y Portugal, según el Índice de Políticas de Integración de Emigrantes que se publica en Europa.

No buscamos trabajadores temporales; no buscamos inmigrantes. Buscamos ciudadanosPero Canadá ha sido desde hace años uno de los modelos a seguir en cuanto a aceptación e integración de inmigrantes. El año pasado, cuando una encuesta en Alemania demostró que más de un tercio de los alemanes tiene una visión negativa de los inmigrantes, la canciller Angela Merkel declaró que el sistema multicultural de su país había fracasado.

Poco después, varios diputados alemanes llegaron a Canadá para estudiar la receta secreta de las “exitosas” políticas migratorias canadienses. Cada año, Canadá acepta cerca de un cuarto de millón de emigrantes de todo el mundo. Sin embargo, el país no ha vivido las tensiones étnicas que han sacudido muchos países europeos. Para Gillian Hewitt-Smith, directora ejecutiva del Instituto para la Ciudadanía Canadiense (ICC), la receta es sencilla. “La clave del éxito de Canadá es que, de hecho, buscamos nuevos ciudadanos. No buscamos trabajadores temporales; no buscamos inmigrantes. Buscamos ciudadanos. Y creo que ese es un punto filosófico que nos diferencia” explicó Hewitt-Smith.

La institución que dirige Hewitt-Smith es un buen ejemplo del interés que Canadá tiene en su ciudadanía.

El ICC es una organización sin ánimo de lucro creada por Adrienne Clarkson, la antigua Gobernadora General de Canadá (de hecho, la Jefa de Estado en representación de la reina Isabel de Inglaterra) y su esposo, el escritor y filósofo John Ralston Saul, presidente del Pen Club Internacional. El objetivo de ICC es interesar a los nuevos ciudadanos canadienses en el país.

“Muchos de los programas sociales en Canadá terminan en el momento en que un individuo se convierte en ciudadano. Y el proceso de integración no ha terminado simplemente porque uno se convierte en ciudadano” explica Hewitt-Smith. “Pensamos que es importante reunirnos con los nuevos ciudadanos para decirles, en primer lugar, ‘bienvenidos, nos alegra que estén aquí, les necesitamos’ y lo más importante ‘ayude a edificar el país'” continúa.

Rápida identificación con el país

La familia Morales son una muestra de los nuevos ciudadanos de Canadá. Llegados de Ecuador hace 11 años, el cabeza de la familia, Mauricio Morales, consiguió su ciudadanía canadiense hace poco más de un mes. Hoy le toca el turno a su hijo Daniel Gonzalo Morales Rivera. “Son como tantos sentimientos mezclados porque es el paso más grande que he esperado desde los últimos 11 años, desde que uno llega a Canadá es el sueño” explica Daniel poco después de la ceremonia en la que ha obtenido la ciudadanía canadiense.

“Canadá se ha vuelto nuestra casa ahora. Antes Ecuador era todo lo que teníamos. Nuestra familia sigue en Ecuador. Aquí sólo estoy con mis padres y mis hermanos y ahora Canadá se ha vuelto mi casa” añade. Mauricio y Daniel reconocen el dilema que sienten entre sus orígenes ecuatorianos y su presente canadiense. “Es un dilema porque uno siente la identidad, la sangre latina pero al mismo tiempo ya te identificas con un país diferente, con una cultura diferente, con costumbres diferentes”.

“Salimos de Ecuador por motivos de seguridad. Y hemos encontrado aquí seguridad para nuestros hijos, que es la parte más importante. Y también las posibilidades que para ellos ofrece un país como este tal vez no pensando tanto en nosotros sino un poquito más en ellos” dice Mauricio. “Y es lo que hemos encontrado aquí. Seguridad, un futuro mejor, esperanza de progresar en muchos sentidos y eso es importante para nosotros como padres” termina señalando.