Canadá es como añadir una pizca de sirope de arce a su estrategia empresarial: dulce, satisfactorio y tan canadiense. Así que piensa en cómo encaja tu producto en nuestras vidas de amantes del hockey.
- Conocer el mercado canadiense. Canadá es como un vecino amistoso con un toque multicultural. Tenemos inglés, francés y un montón de sirope de arce. Pero, en serio, entender nuestra cultura diversa y las preferencias de los consumidores es clave. A los canadienses les importa la calidad, la sostenibilidad y la responsabilidad social. Averigua qué nos mueve a los canadienses. ¿Quién compra qué? ¿Qué tendencias están calentando los iglús? La segmentación es tu amiga: conoce a tu público.
- Navegar por las aguas legales. ¿Acuerdos comerciales? Canadá tiene muchos. Asegúrate de estar al día de las tarifas arancelarias, las normas de importación y exportación y las leyes de propiedad intelectual. Además, cada sector y provincias tienen su propia normativa.
- Ser local, ¿eh? La localización es su arma secreta. Adapte los nombres de sus productos, envases y materiales de marketing para que tengan resonancia entre nosotros. Ah, y no olvide añadir algunos “eh” por si acaso.
- Cadena de suministro. Los canales de distribución son importantes. ¿Venta al por menor, comercio electrónico o incluso un carro tirado por alces? También la logística, porque llevar las cosas de A a B no es tan sencillo como patinar sobre un estanque helado.
- Abrazar un árbol (en sentido figurado). A los canadienses les encanta la naturaleza. Muestra un poco de amor ecológico con prácticas sostenibles. Y de paso, únete a una o dos organizaciones benéficas locales. Es como un cálido abrazo para su marca.
- Precio justo, ¿eh? Vigila los tipos de cambio. Y fíjate en lo que cobran tus competidores. Aquí somos compradores expertos.
- Adaptarse, adaptarse, adaptarse. Piensa en abrigos de invierno, aperitivos con sabor a poutine e incluso un gadget con sirope de arce. Ah, y normas de seguridad, porque nadie quiere un smartphone congelado.
- Digitalízate, ¿eh? Abraza el mundo online. Comercio electrónico, redes sociales y todo eso. Asegúrate de que tus contenidos hablan nuestro idioma, literal y figuradamente.
- Hazte amigo de los locales. Colabore. Asóciate con empresas canadienses, personas influyentes e incluso con un simpático castor. Trabajar en red es la clave.
No te olvides de tomarte un “double-double” y contactarnos.